lunes, 20 de agosto de 2018

Relato Corto

Era una mañana de un sábado y la hora rondaba por aquello de las siete de la mañana... era temprano para ser un fin de semana, era temprano para este muchacho que estaba ahí acostado, en su cama, con cara de imbécil sin saber que desde ya hace un rato su mundo, su rededor empezó a ponerse en marcha.
El cansancio apremia, sufre de insomnio pero salir y trasnochar hasta cuatro de la madrugada estando en un lugar donde no se siente del todo cómodo no ayuda, esta somnolencia y cansancio que lo acompaña casi siempre, hoy como nunca, desaparece. Esta lucido, o eso cree él, a lo lejos escucha unos murmullos, con el paso de los minutos se hacen más claros, son las voces del cuarto de al lado, sus padres hablan y el empieza a entender claramente lo que hace unos segundos eran barullos nada más.
Sin previo aviso y sin explicación le invade una tristeza profunda, él comprende que comienza su día y no puede ser bueno, sus padres discuten, esas "discusiones" que más bien son un murmullo temprano, como el cacareo de las gallinas o el cantar de los pájaros al amanecer ese utilización de decibelios perfectos que solo los adultos saben usar para que los jóvenes de la casa no sé enteren, por que ya las peleas a gritos y llantos cansan, sin contar que hacerlo de esa manera llamaría mucho más la atención de los que los rodean.
Cuando el sueño desaparece y el sonido paso a ser claro, se escuchan cuestionamientos de moral, celos, dinero que hace falta, pensamientos para invertir en propiedades ahora que no hay dinero para ello, ayuda que no es deseada, se hace un silencio grande en el ambiente, el chico imagina la mirada de estas dos personas que son sus padres, los dos saben que están juntos no por amor, por costumbre, por miedo a quedar solo en su vejes, por no saber como seguir adelante.
Rechina la cama vieja en la que duermen estos perfectos desconocidos que no saben cuales son los gustos del uno ni del otro pero igual están juntos, el chico simplemente cierra los ojos no quiere que se enteren que estaba despierto, escucha pasos frente de su cuarto, teme que entren, no quiere pensar más en esa mañana de sábado, los pasos siguen y su peor enemiga el sueño, de la nada aparece y lo arropa como un amigo, le dice que no es tiempo para pensar en eso que al menos respire tranquilidad unas horas más, cuando despierte se vera que se puede hacer.

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